jueves, 13 de octubre de 2016

EN DEFENSA DE BOB KANE: UNA REFLEXIÓN IMPOPULAR.


Internet ha democratizado las ideas, la información, la creatividad e incluso el criterio.

Lo ha democratizado tanto, que cualquiera que no tenga uno propio puede coger prestado el de la persona que mejor le parezca y hacerlo suyo no sólo sin que a nadie le parezca extraño, sino al contrario, encontrándose con una verdadera caterva de palmeros que alabarán su decisión, mientras toman de la mano al recién llegado y se encaminan a través del infinito sendero del reduccionismo y el pensamiento único.

Qué ironía ¿verdad?

Sucede que de un tiempo a esta parte, esa democratización de la información ha permitido que muchos hayan descubierto cosas que hasta entonces ni sospechaban. 

En el campo que nos interesa, ha permitido que se empiecen a enmendar injusticias históricas como las cometidas con autores como Bill Finger (co-creador de Batman) o Jack Kirby (co-creador de medio Universo Marvel).

Pero como siempre hay que llevar las cosas al extremo, rápidamente nos olvidamos del "co" que va delante de "creador" y nos lanzamos alegremente a mandar a la hoguera a los que hasta el momento habíamos considerado principales (o únicos) artífices de la creación de nuestros personajes favoritos por ser los rostros visibles de la misma.

Así, Bob Kane es hoy en día poco menos que Satán encarnado, y no falta quien a pesar de la buena imagen pública que se ha sabido crear, le desea a Stan Lee una muerte lenta y dolorosa. Pero ojo que cuando suceda pondrá en su muro de Facebook la correspondiente foto conmemorativa.

Le pese a quien le pese, sin uno de los dos, las cosas no hubieran sido tal y como las amamos.


Estos fenómenos son debidos principalmente a dos motivos:

1-La necesidad del aplauso rápido y si puede ser, gratuito.

2-La incapacidad (o falta de ganas) de darse cuenta que se están juzgando a personas, hechos y contextos pasados con parámetros actuales.

¿Bob Kane era un negrero? Hasta donde se sabe, era un señor que pagaba a gente por hacer un trabajo. Trabajo con el que esa gente estaba de acuerdo. Punto.

¿Que hoy nos parece artísticamente reproblable? Desde luego. 

Pero piense usted que ahora mismo el jefe de su empresa se está atribuyendo el mérito del funcionamiento de un programa que usted ha diseñado, de unos amortiguadores que usted ha fabricado o de una mesa de madera que usted ha torneado. 

Y seguro que a usted eso le importa un pito con tal de que a final de mes su obra se vea reflejada en forma de ceros en su cuenta corriente.

¿Nos vamos entendiendo?

El cómic antes de ser arte fue industria. Recordemos. Y lo sigue siendo. No olvidemos eso cuando nos posicionamos ciegamente a favor de tal o cual editorial como si nos fuera la vida en ello.

Pero estoy divagando.

Muchas veces me pregunto qué hubiera sido de Batman si Bob Kane no se hubiera encontrado con Bill Finger.

Hay representaciones artísticas por la red que no dejan precisamente en muy buen lugar a la creación primigenia de Kane y hoy ya es indudable que el Batman que conocemos es obra (visual) de Bill Finger.

El Batman original de Bob Kane. Pues mire: no, gracias.


Pero yendo más allá, me pregunto hasta donde hubiera llegado uno de los personajes más importantes de la cultura popular occidental del siglo XX y de lo que va del XXI.

¿Y sabéis a qué conclusión llego?

A que no hubiera ido a ningún sitio.

Sin la capacidad negociadora y el olfato comercial de Kane, la creación de Finger se hubiera quedado en su mesa de trabajo, como tantísimas otras lo habrán hecho a lo largo de los siglos.

Insisto en que nadie está poniendo en duda aquí las prácticas moralmente dudosas (siendo generosos) de Bob Kane con respecto a las creaciones de sus "empleados".

Simplemente estamos intentando contextualizar algo que hace tiempo que se ha salido de madre.

Porque pocos se alegrarán más que nosotros de poder leer al fin en cómics y en cine "Batman creado por Bob Kane con Bill Finger"( y : ese "con" debería de ser sustituído por una "y", pero me temo que eso son ya tecnicismos legales), pero los que no son pocos son los que parecen desear que esa frase se convierta en "Batman creado por Bill Finger".

Y mire: tampoco. Al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios

Aunque César haya demostrado ser un cabronazo según y como.









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