Aquí en
GCI encarar la reseña de un nuevo volumen de esta serie supone una tarea más ardua de lo que podáis imaginar en un principio.
Nuestras máximas a la hora de reseñar son: informar sin contar demasiado y no dejarnos nunca llevar por el entusiasmo ya que lo que a nosotros nos parece genial a otro puede parecerle mediocre o aburrido.
Así que con
Gotham Central podemos cumplir con el primero de nuestros principios, pero tenemos que hacer ímprobos esfuerzos por contenernos para no traicionar el segundo, porque esta serie
está tan endemoniadamente bien escrita (¿Veis? ¡Ya hemos cruzado la línea!) y tiene
unos personajes tan increíblemente carismáticos que las reseñas deberían ser un
"¡Cómpralo!" y nada más.
Este cuarto volumen publicado por
ECC Ediciones no es ninguna excepción y de nuevo volvemos a patrullar las calles de
Gotham junto a los agentes
Montoya, Allen, Mac y el resto de la plantilla de la
Unidad de Crímenes Mayores que deberán enfrentarse a un extraño caso en el que una muchacha resulta muerta estando de por medio dos policías corruptos, como suele ser habitual en la ciudad de
Batman.
|
¿Robin muerto? |
El peso de
James Corrigan se hace palpable en esta historia (no por nada el volumen lleva su nombre) pera desvanecerse un poco en la siguiente, narrada en cuatro partes correspondientes a otros tantos números originales
USA en la que la
UCM tendrá que resolver ni más ni menos que la muerte de
Robin.
Es esta la única historia en la que
Batman hace un fugaz acto de aparición en todo el tomo, sin embargo y como es habitual, agradecemos la presencia del personaje pero no lo echamos de menos en el resto del mismo debido a la envidiable maestría de
Greg Rucka y
Ed Brubaker que nos sumergen en sus soberbias tramas policíacas al punto de que
Gotham acaba siendo una mera excusa para narrarnos lo que verdaderamente nos importa cuando esta serie nos engancha y no nos suelta, que es la vida de sus agentes de policía.
|
Unos invitados muy especiales. |
Tras una historia de transición en la que la aparición de
El Espectro y
Shazam es lo más destacable, junto a la capacidad de
Rucka para combinar elementos superheróicos y elementos cotidianos como si ello fuera fácil, llegamos al último arco argumental del volumen y de toda la serie.
Corrigan II vuelve a ceder el peso de la trama a
l Jefe de la unidad Científica, un tipo como ya vimos despreciable y corrupto hasta la médula que gracias a su turbio saber hacer se ha convertido en intocable para el cuerpo. Pero
Crispus Allen no está dispuesto a que esa condición se dilate durante más tiempo y hará todo lo que esté en sus manos por apartar a
Corrigan del cuerpo, pagando en el camino un muy alto precio por ello.
Algo que hará que
Montoya acabe por salirse de sus casillas y busque también hacer justicia por su cuenta en un relato crudo y realista que consigue transmitir al lector la impotencia que a menudo sienten las buenas personas cuando ven que
los malos se salen siempre con la suya y que sus esfuerzos por pararlo no sirven de nada.
|
Malas noticias. |
Una
Montoya que, por cierto, verá las repercusiones de sus decisiones en esta historia en la aclamada serie
52.
Con esta historia se cerró la colección original
USA en su número 40 debido a que las ventas no eran todo lo buenas que se esperaba (cosa que no hay quién se explique) y
ECC Ediciones nos la ha traído íntegra en estos cuatro volúmenes dignos de ser conservados en la estantería de cualquier amante del noveno arte que se precie de serlo, sea o no
fan de
Batman.
Sin embargo, la editorial aún ha publicado un
quinto volumen a modo de epílogo que os reseñaremos aquí en su momento, así que hay una cierta sensación de alivio en saber que no es un adiós definitivo a unos autores y personajes que nos han regalado algunos de los mejores momentos de lectura de los últimos años.
Imprescindible es la palabra.
EDICIÓN ORIGINAL:
Gotham Central núms. 32 a 40 USA
FECHA PUBLICACIÓN: Enero de 2016
GUIÓN:
Ed Brubaker, Greg Rucka
DIBUJO:
Kano, Steve Lieber
FORMATO: Cartoné, 224 págs. A color.