Con la doble intención de resarciros por la tardanza en reseñar esta obra por la que muchos estáis esperando y de comenzar a sacar las conclusiones que nos sean posibles a estas alturas de la lectura, en la entrada de hoy vamos a analizar (siempre sin spoilers y sin desvelar más que lo imprescindible de la trama) tres números seguidos de la serie que
ECC Ediciones está publicando actualmente en nuestro idioma.
En la
reseña del primer número decíamos que con total independencia de las sensaciones finales que nos deje la lectura de la obra completa estábamos viviendo un pedazo de historia del cómic, y es algo que mantenemos a estas alturas de la lectura.
Cerca ya del ecuador de este
DKIII nuestras expectativas sobre la serie siguen intactas y sentimos que tenemos entre las manos algo realmente grande que va cogiendo inercia y que debe de estallar como un auténtico obús en la parte final de la trama.
Pero vayamos por partes.
En el libro segundo de esta serie de nueve continúa exactamente allá donde terminó el primero.
Carrie Kelly es detenida por llevar el atuendo de
Batman, y ante la presión de la comisaria
Yindel y con un cierto ánimo de jugar al despiste con ella y con el lector,
Carrie narra lo ocurrido con el verdadero
Batman de este Universo desde la última vez que supimos de él.
Si lo que cuenta es cierto o falso, es algo que tendréis que leer si no queremos desvelar demasiado.
Mientras,
Ray Palmer continúa con sus experimentos con los habitantes de la ciudad embotellada de
Kandor. Experimentos que tendrán un desenlace inesperado y que marcarán el punto de partida del subtítulo de esta tercera entrega de
The Dark Knight.
Ya que si la obra se subtitula
La raza superior, es por algo que comienza atisbarse en esta segunda entrega y que hace que un
Bruce Wayne ya demasiado mayor para nada que no sea vigilar desde la oscuridad, tenga la imperiosa necesidad de entrar de nuevo en acción.
En las páginas centrales, encontramos un nuevo cuadernillo conteniendo un número de la miniserie
El Universo Del Caballero Oscuro Presenta, dedicado esta vez a
Wonder Woman y escrito por
Miller y
Azzarello con dibujos de
Eduardo Risso y
Trish Mulvihil.
Emulando el estilo gráfico del maestro de
Hell´s Kitchen, estas pocas páginas nos ayudan a profundizar en al historia central, centrándose en este caso en la relación entre la
Princesa Diana y la hija que ha tenido con
Superman,
Lara. Relación que no es todo lo idílica que sería deseable.
Saltamos ya al libro tres. Con (casi todas) las cartas sobre la mesa, y una vez planteado el motivo que hace que
Batman abandone de nuevo su retiro, es hora de que
Miller y
Azzarello profundicen en la relación entre
Carrie y
Bruce (hija y padre) y que el segundo, consciente de lo mermado de sus fuerzas y de la amenaza que se cierne sobre la humanidad busque refuerzos en su lucha contra la misma.
Como podréis imaginar, esos refuerzos consisten en un sólo hombre (recordemos que en las anteriores entregas quedó asentado que muy pocos eran los héroes y villanos que aún seguían en activo) y se trata de un hombre que porta una gran
S en el pecho.
Sin embargo, si en la película
El Hombre de Acero aprendimos que esa
S significa
Esperanza en el planeta natal de
Superman, es este mismo el que parece haberla perdido toda, al confinarse a si mismo al ostracismo durante años.
Ostracismo que
Batman es capaz de romper con su relato de los hechos recientes y que hace que
Superman quiera volver a la actividad pero solo para descubrir que con la primera que tendrá que enfrentarse es nada menos que su propia hija
Lara.
Los
Hijos de Batman a los que recordaréis de la obra original siguen siendo fieles a su héroe/guía y todo parece listo para que el
Caballero Oscuro plante cara a la nueva situación mundial establecida por los
kandorianos, pero tendremos que esperar al menos al libro cuatro para verlo.
El cómic central en esta ocasión versa sobre la figura de
Green Lantern, con los mismos guionistas de los anteriores y con dibujos de
John Romita Jr. y el propio
Miller.
Y este trío nos presenta una visión cruel y descarnada de un
Green Lantern que sólo puede ser una simple marioneta en manos de los poderosos habitantes de
Kandor.
Una historia breve y sencilla (y por eso mismo altamente impactante) que sólo podría tener lugar en un cómic de estas características.
Pasamos ya al libro cuatro.
Es fácil adivinar que un personaje como
Superman, si es debidamente entendido, no va a enfrentarse a golpes contra su propia hija por mucho que esta haya decidido ponerse del bando de los k
andorianos invasores, por lo que arrancamos la grapa con una situación bastante extrema a nivel físico para
Kal-El, empeñado en hacer razonar a su hija sin utilizar ni un ápice de violencia,
Pero como sabemos,
Lara no está ni mucho menos sola, por lo que los acontecimientos se precipitan, el lider de los rebeldes de
Kandor exige la cabeza de
Batman en un plazo de 37 horas y este se ve obligado a buscar ayuda.
Sin embargo, su petición parece no obtener respuesta alguna y es cuando sabemos que nuestro héroe tendrá que pasar a la acción física, más allá de la acción intimidatoria.
Entretanto, un
Ray Palmer perdido en la inmensidad del universo microscópico, parece haber hallado algo.
Cerramos el repaso a este cuarto volumen con la correspondiente historia de
El Universo Del Caballero Oscuro Presenta , esta vez centrada en una nueva encarnación de
Batgirl. Batgirl que, por supuesto, en esta ocasión es Carrie Kelly .
En este pequeño cómic vuelve
Miller como guionista y dibujante, con la ayuda siempre de
Azzarello al guión y de
Alex Sinclair a los colores y si de algo sirve una historia tan corta que narra un episodio en la vida de esta nueva chica murciélago es de baremo para tomar el pulso a la salud artística
de Miller como dibujante
.
Salud que en opinión del que esto escribe está intacta.
Miller hace gala a cada plano de un estilo de dibujo que ya es característico de su pluma y que va a despertar los mismos odios y amores que lleva despertando toda su obra desde aproximadamente
DKII pero que no se trata ni más ni menos que de una evolución gráfica buscada y meditada, en la que la ausencia de fondos y la aparente sencillez de las composiciones son los protagonistas de un desfile de irreverencia visual (ese símbolo de murciélago en las nalgas) y de clases maestras como esa aparición de
Aquaman que se antoja absolutamente majestuosa en unos aparentemente sencillos trazos a doble página.
Y hasta aquí esta entrega.
Sabéis que nuestra pretensión es ir reseñando número a número este
DKIII hasta que una vez terminada su edición en nuestro idioma por parte de
ECC , la abordemos de nuevo en su totalidad y tratemos entre todos de sacar conclusiones, de ahí lo poco que profundizamos en cada número en pos de no desvelaros demasiado y de no prejuzgar una obra que está pensada con un principio y un fin concretos.
De momento si qué podemos sacar una conclusión que difícilmente se va a ver alterada con la lectura de los números que están por llegar y es que
Andy Kubert a los lápices hace un trabajo absolutamente increíble sumergiéndonos a cada momento en el tono visual del
Universo Caballero Oscuro que conocemos y amamos y eso en un medio en el que dibujo y guión tienen una importancia del 50% cada uno es tener la mitad de la victoria ya asegurada. Y obviamente, el siempre soberbio trabajo de
Klaus Janson, entintador original de la primera entrega, y artista con una marcadísima personalidad tiene un peso muy, pero que muy grande en el resultado final.
Creednos que no podemos esperar a leer la conclusión de esta odisea.
EDICIÓN ORIGINAL:
Dark Knight III Master Race núm. 2, 3 y 4 USA
FECHA PUBLICACIÓN: Junio, Julio y Agosto de 2016
GUIÓN:
Brian Azzarello, Frank Miller
DIBUJO:
Andy Kubert, Eduardo Risso,John Romita Jr., Frank Miller.
FORMATO: Grapa, 48 págs. A color.