miércoles, 25 de mayo de 2016

ACTUALIDAD EDITORIAL. GRANDES AUTORES DE BATMAN. ED BRUBAKER: EL HOMBRE QUE RÍE.


Por si queda alguien en la sala que no lo sepa, El hombre que ríe es el título de la película de 1928 dirigida por Paul Leni y protagonizada por Conrad Veidt, cuya caracterización en la cinta sirvió de base a sus creadores (Bill Finger y Bob Kane por un lado o Jerry Robinson por otro según la fuente que consultes) para darle a Joker su canónico aspecto visual.

Así pues el título de esta obra difícilmente puede tener unos ecos más clásicos, lo cual parece ser toda una declaración de intenciones, ya que el tema que se aborda en este volumen de Grandes Autores de Batman, -el epígrafe bajo el que ECC Ediciones está recuperando una gran cantidad de etapas imprescindibles del personaje- es uno de los más clásicos en la mitología del hombre murciélago si no el que más: la primera irrupción de Joker en la vida de los habitantes de Gotham City y por tanto, su primer enfrentamiento con Batman.

Conrad Veidt en The Man Who Laughs.


No han sido pocas las ocasiones en las que de una u otra forma hemos visto este episodio relatado por diversos autores, sin embargo hasta  2005 (año original de publicación de esta historia) no había existido una historia lo suficientemente compleja como para ser considerada la definitiva.

Porque si de entre los muchos orígenes del personaje nos quedamos con el narrado en La Broma Asesina, al igual que es comunmente aceptado que el origen canónico de Batman es el Año Uno , forzosamente tenemos que aceptar que esta es la visión definitiva del primer encuentro entre ambos personajes dada la respetuosa labor desarrollada por Ed Brubaker con respecto a las dos obras que acabamos de mencionar.

La cubierta de Dough Mahnke ya es toda una declaración de intenciones.



Y es que este hombre que ríe narra en un ejercicio de retrocontinuidad la primera de las innumerables fechorías del Payaso Príncipe del Crimen  haciendo referencia explícita al encuentro de Capucha Roja con Batman en el contexto temporal en el que se desarrolla la obra de Miller y Mazzucchelli , por lo que perfectamente podemos y debemos considerar que esta historia se encuentra dentro de ese canon que no entiende de decisiones editoriales y si de momento claves aparecidos a lo largo de los 77 años de historia del personaje.

El Joker que Brubaker nos propone en esta historia, narrada por cierto en su mayor parte a través del os pensamientos del por entonces aún Capitán Gordon, es una versión particularmente salvaje y rencorosa del personaje.

Está loco, desde luego, pero sus actos parecen tener cierta lógica. Y es que como descubrimos, el criminal está dolido con quienes (considera que) le convirtieron en lo que es, así que lejos de disfrutar y abrazar su locura, como tantas veces le hemos visto hacer, sigue un patrón que si bien absolutamente demencial en sus pretendidas consecuencias, para nada resulta aleatorio.


Este modus operandi nos suena de algo.

Una visión de este villano tan válida y aceptada como la que le convierte en un simple agente del caos con un apetito voraz por la destrucción y que es la que más se ha asentado en el inconsciente popular desde el estreno de El Caballero Oscuro de Christopher Nolan en 2005.

Tratar de hacer hincapié en las bondades de una autor como Ed Brubaker a estas alturas  parece algo innecesario. Solamente hay que referirse a su trabajo en Gotham Central para darse cuenta de cómo maneja las situaciones y los personajes.

En este volumen, sin obviar para nada a los dos antagonistas principales, la caracterización se centra en Gordon, al que vemos evolucionar hasta su ya archiconocido status de aliado de Batman, pasando de una confianza con reticencias a una colaboración de facto que se traduce en la colocación de la Batseñal en el tejado de la comisaría de Gotham.

Así que es curioso como un volumen que gira fundamentalmente al que soy y como llegué a serlo del villano, acaba siendo también un perfecto retrato de otro de los más destacados habitantes habituales del entorno del murciélago.

Un relato breve, al fin y al cabo, ya que no se extiende más allá de las 70 páginas, más que suficientes por otro lado para dejar establecido que Joker y Batman están atrapados en un círculo vicioso de capturas y huídas, tal y como se desprende sin ir más lejos de la viñeta final de La Broma Asesina, de la que podemos considerar a esta obra un digno complemento.

Loco, si. Pero con un plan.
Hablando de complementos, este volumen incluye como tal una historia de 8 páginas con guión del mismo Brubaker titulada Estaré vigilando, que como todas esas pequeñas maravillas contenidas en las distintas ediciones de Batman: Black & White hace gala de una contención narrativa absolutamente elogiable que al mismo tiempo consigue transmitir y condensar toda la esencia de algunas de las partes más fundamentales de la personalidad de nuestro héroe.

Un tomo que contiene una historia principal que al fin ve la luz en nuestro país de la forma unitaria que llevaba demandando desde hace ya demasiados años.

EDICIÓN ORIGINAL: Batman: The Man Who Laughs USA, Batman: Gotham Knights núm. 41 USA 
FECHA PUBLICACIÓN: Marzo de 2016
GUIÓN: Ed Brubaker
 DIBUJO: Doug Mahnke, Ryan Sook 
FORMATO: Cartoné, 80 págs. A color.
EDITORIAL: ECC Comics.






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