Hoy voy a arrancar con una confesión: no me gusta escribir reseñas breves.
Achacadlo al proverbial temor al folio en blanco del escritor (juntaletras en mi caso) o a lo que queráis pero cuando una reseña ha de ser decididamente breve debido a la extensión de la obra analizada siento que estoy dejando caer que la misma carece de interés cuando no es el caso.
Es por ello que he decidido agrupar las reseñas de grapas en razón de tres por entrada, pero en este caso las circunstancias editoriales y personales me obligan a reseñar tan solo una y tengo la necesidad de abusar del circunloquio.
¿Y cuales son las razones editoriales que impiden reseñar tres números en esta ocasión? Pues el parón que esta serie está experimentando en USA debido a que su autor está involucrado en la colección regular de la JLA de Rebirth lo que le impide seguir con el correcto desarrollo de esta historia alternativa, aunque tenemos su firme promesa de que la veremos terminada.
Así pues como es lógico desde ECC Ediciones no han podido hacer otra cosa que parar la serie y así estamos, estancados en el número 8 de la misma hasta nuevo aviso.
Pero vayamos a ver lo que ha dado de si este número siete que es lo que hoy nos ocupa.
Cyborg y Batman siguen siendo dos piezas claves en la lucha contra lo que ellos consideran la amenaza de Rao, y mediante el báculo que le ha conseguido Batman en número anteriores, el antiguo Titan mitad hombre mitad robot consigue dar con la fuente de energía que hace que tan singular pieza funcione, determinando así que toda la energía de los convertidos por el visitante kryptoniano fuga hacia un mismo punto y ese punto no es ni más ni menos que el propio teórico Dios de Krypton en persona.
Un Rao que mediante esta estratagema está logrando concentrar en si mismo no sólo las energía provenientes de nuestro planeta, sino también la de otros cientos de mundos que tejen una tela de araña energética con Rao en su centro, con el único fin como descubrimos, de prolongar su existencia robando esencia vital a todos los seres que ha conseguido convertir a su causa.
Sin embargo, no es esta toda la ambición del antaño amigable visitante de un mundo desaparecido, sino que en sus planes también entra convertir a los terrestres en kryptonianos para hacer así de ellos unas fuentes de energía mucho más potentes de lo que son en la actualidad para lo que pretende servirse del ADN de un Superman que, sin embargo, como es su costumbre no está dispuesto a dejarse vencer sin dar hasta la última gota de su voluntad contra la nueva amenaza que se cierne sobre su planeta adoptivo, lo que le hace un adversario mucho más formidable de lo que al principio suponía Rao.
Y si a nivel argumental una simple grapa de 32 páginas encajada dentro de un puzzle mucho mayor difícilmente puede dar más de si, a nivel de visión global si que da una perspectiva reveladora sobre la serie en general.
Y es que si de algo peca este número es de ser quizá demasiado explicativo. Es como si Hitch se hubiese visto con las fechas de entrega encima y se hubiera impelido a cambiar el ritmo de la historia a fin de llegar a tiempo a lo acordado.
Así que el ritmo narrativo sale perjudicado, pero más en comparación con el mantenido hasta el momento que con otras propuestas editoriales, porque se trata de uno de esos típicos problemas de que el material y el autor son tan buenos con respecto a lo que estamos acostumbrados que todo lo que esté un peldaño por debajo se hace notar.
Es decir: la serie sigue siendo sobresaliente pero tras leer esta séptima entrega comprendemos quizé el por qué de la decisión de dejarla parada de manera indefinida, a fin de cerrar como se debe una gran historia clásica de la JLA en lugar de huir hacia adelante y dejarnos a los lectores con un pésimo sabor de boca.
No obstante, aún queda por analizar el número ocho español, cuya lectura veremos si refuerza o no esta sensación.
EDICIÓN ORIGINAL: Justice League of America núm. 7 USA
FECHA PUBLICACIÓN: Junio de 2016
GUIÓN: Bryan Hitch
DIBUJO: Bryan Hitch
FORMATO: Grapa, 32 págs. A color
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