lunes, 12 de diciembre de 2016

ACTUALIDAD EDITORIAL. BATMAN: TIERRA DE NADIE. VOLUMEN DOS.


Seguimos avanzando a través de la macro saga que introdujo a Batman en el año dos mil tras unos años noventa que, dadas las peculiares situaciones que vivió la industria en general, no fueron buenos para casi ningún héroe ni a nivel creativo ni a nivel personal, ya que raro era el personaje que o no moría o que como mínimo no veía altamente  alterado todo su statu quo.

Si en el primer volumen veíamos como se sentaban las bases para que Gotham estuviese sumida en un perfecto desastre, en este segundo volumen nos introducimos aún más en cómo lo están viviendo quienes han decidido quedarse en la ciudad, sean o no héroes y además asistimos a los inevitables movimientos estratégicos de las distintas facciones que gobiernan la urbe a fin de ganar terreno dentro de semejante panorama de desolación.

Por un lado tenemos a un Azrael todavía dubitativo acerca de su condición como justiciero y del papel que debería desempeñar. No perdamos de vista que la breve carrera de Jean Paul Valley como Batman aún estaba muy cercana en el tiempo, y los demonios que habitaban dentro del joven seguían por aquel entonces dispuestos a atormentarle en el momento más inesperado. Sin embargo, el beneplácito del genuino portador del manto del murciélago y sobre todo la complicidad de Bárbara "Oráculo" Gordon conseguirán que finalmente el joven héroe parezca sentirse a gusto en su nuevo rol.

Mapa de la Tierra de Nadie.


Por otro, hay tiempo para historias de corte más intimista, como la que por un lado nos muestra a Alfred haciendo gala de todas sus dotes sobre un escenario a fin de hacer pasar un buen rato a los más desfavorecidos, o como la que más avanzado el volumen nos revela un relato retrospectivo sobre un episodio en la vida de Thomas Wayne desconocido para su hijo Bruce, reforzando de nuevo esa imagen paternal que nuestro adorado mayordomo proyecta sobre nuestro héroe y que a nivel narrativo nos proporciona tantos momentos reconfortantes.


Tampoco se olvidan los guionistas de las distintas series que forman la saga del día a día de los ciudadanos de a pie, de los hombre y mujeres sin máscara ni (teórica) relevancia que han decidido permanecer en sus casas contra viento y marea y que a duras penas logran sobrevivir y fingir una suerte de vida normal dentro de una anarquía como jamás han podido ni siquiera imaginar.

¿Y dónde están todos esos personajes casi todopoderosos que pueblan el Universo DC y que podrían con sus habilidades ayudar a poner en pie la devastada ciudad? Nos preguntamos muchos.




Pues a través de la experiencia de un Superman cargado de buena voluntad que decide ayudar en la reconstrucción de Gotham, vemos cómo las cosas no son tan fáciles como en un principio podría parecer, y por qué Batman ha decidido que la ayuda exterior no es bienvenida en una marea de hormigón y cristal en la que a pesar de la desolación no dejan de encontrar su hueco nuevas amenazas enmascaradas como El Bailarín De La Muerte, mientras que las ya conocidas sólo ven alterado su modus operandi habitual en función de los requerimientos estructurales y sociales, porque ni Joker, ni Dos Caras ni el Pingüino están dispuestos a dejar a un lado sus hábitos delictivos por el nimio detalle de que la ciudad se haya caído a pedazos.

Y es en este volumen donde definitivamente entra en juego con fuerza un protagonista que lo es desde la parte de afuera de las viñetas, y es que el gran Greg Rucka se ganó el respeto de crítica y lectores (de cómics) gracias a sus aportaciones a esta Tierra de Nadie y a como mueve los hilos en torno a las intrigas de las distintas facciones para ganar una manzana de terreno al bando enemigo.

¿Una trampa para un murciélago?


Y ya cercano el final del tomo, asistimos al desenmascaramiento de la misteriosa Batgirl que conocimos en el volumen anterior (quien resulta ser una vieja conocida de Batman y de todos nosotros)  y al alzamiento de una nueva encarnación del personaje, ya que Cassandra Cain demostrará en estas viñetas estar más que dotada para llevar el manto del murciélago, mientras los Young Justice también se dejan caer por Gotham en una misión que tiene más de chiquillada que de otra cosa, y la relación entre el Caballero Oscuro y James Gordon no termina de retomar los cauces de confianza y colaboración a los que solíamos estar acostumbrados.

Así las cosas, el empecinamiento de Batman de trabajar solo en esta cruzada se viene abajo al darse cuenta de que sus habilidades no son suficientes para enderezar todo este caos, y finalmente acepta que Robin, Nightwing, Azrael y la nueva Batgirl formen parte de su equipo junto a Oráculo en su empeño por recuperar su ciudad.



Cierra el tomo una imprescindible galería de cubiertas originales entre las que se encuentran además de las de los números de las distintas colecciones que componen este volumen que hoy comentamos, las pertenecientes a las que componen el número anterior publicado por ECC Ediciones lo que hace a esta segunda entrega más imprescindible aún si cabe en una saga que bajo la supervisión del gran Dennis O´Neil es una lección de coherencia por parte de un editor que sabe cómo conseguir que los títulos bajo su supervisión muestren una continuidad envidiable.

EDICIÓN ORIGINAL: Batman: Shadow of the Bat núms. 86 a 87 USA, Batman núms. 566 a 567 USA, Detective Comics núms. 733 a 734 USA, Azrael: Agent of the Bat núms. 53 a 55 USA, Batman: Legends of the Dark Knight núms. 118 a 120 USA, Young justice No mans land USA
FECHA PUBLICACIÓN: Octubre de 2016
GUIÓN: Bob Gale, Dennis O´Neil, Devin Grayson, Greg Rucka, Ian Edginton
DIBUJO: Alex Maleev, Dale Eaglesham, D'israeli, Frank Teran, Roger Robinson 
FORMATO: Cartoné, 368 págs. A color










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