Gotham City, la fría noche de
Navidad. Abundantes copos de nieve caen lentamente sobre el asilo Arkham. En el interior, los pacientes
se preparan para celebrar esta señalada fecha engalanando el enorme abeto y
tarareando villancicos.
Adivinad quién viene a celebrar la Nochebuena... |
Nada hace imaginar que uno de ellos, cuya demencia se
oculta tras una eterna sonrisa de dientes apretados, una cara pálida y cabello
esmeralda, se las ha ingeniado para transformar un inocente árbol navideño en
un potente cohete con el que huir del manicomio. Tras encaramarse a lo más alto
de la adornada conífera y activar los propulsores, se aleja del lugar surcando
la noche estrellada a toda velocidad, salpicando la oscuridad con sonoras
carcajadas.
Un peculiar Santa Claus se dirige hacia Gotham |
Lejos de allí, ajenos a los
últimos acontecimientos, Batman y Robin se disponen a efectuar una última
patrulla nocturna, antes de abandonarse a la celebración de su propia Nochebuena. Tras la ronda de reconocimiento y cerciorándose que la noche
transcurre en total y navideña armonía, regresan a la mansión Wayne para
disfrutar de su merecida velada festiva, con emisión de “Qué bello es vivir”
incluida. Para su sorpresa, parece ser que se ha cancelado sin previo aviso la
programación prevista, siendo sustituida por un inusual especial navideño conducido
por un maestro de ceremonias más que atípico: El Joker.
Parece que el amigo Joker nos ha preparado un programa muy especial |
El payaso se ha hecho con el
control de las emisiones televisivas con el único fin de ofrecer un aterrador
espectáculo: La exhibición de tres rehenes bien conocidos: el comisario James
Gordon, el detective Harvey Bullock y la
reportera Summer Gleason, amenazando con ejecutarlos a medianoche, a menos que
el Hombre Murciélago logre dar con ellos. Por si fuera poco, y para darle más
emoción si cabe a su particular versión de un ‘late show’ navideño, ha volado
uno de los puentes de acceso a la ciudad, minutos antes de que un tren cargado de
pasajeros deba cruzarlo en dirección a Gotham. Sin demasiados problemas, el dúo
dinámico logra desunir los vagones de la locomotora y rescatar al maquinista
de un fatal destino en el fondo nevado del despeñadero.
¿Podrá el murciélago rescatar a los invitados especiales del Joker? |
Tras sufrir una emboscada en
el observatorio de Gotham, perpetrada por media docena de robots-Joker
equipados con armas automáticas y por un enorme cañón que amenaza con
reducirlos a cenizas, una pista brindada
por el propio Joker dirige a nuestros héroes hacia la fábrica de juguetes
abandonada LAFFCO, donde tendrá lugar la lucha final con el Príncipe Payaso del
crimen.
Parece que hace tiempo que esta fábrica dejó de ser divertida |
Enormes soldaditos de plomo,
avioncitos de juguete y otras particulares armas son las que el Joker emplea
para intentar detener a nuestra pareja favorita. Obviamente todo resulta inútil
y, tras sufrir en sus carnes una de las dulces bromas del payaso, Batman logra reducirlo y rescatar a los tres
aterrorizados cautivos de un funesto desenlace materializado en la forma de un
enorme caldero humeante.
¡Dulce Navidad, Batman! |
Mr. J casi acaba convertido en ponche. |
Finalmente, Bruce Wayne y
compañía lograrán disfrutar de lo que queda de noche visionando una copia de
“Qué bello es vivir” (cortesía de James Gordon – menuda recompensa…-) al tiempo
que, tras los barrotes de una de las celdas de alta seguridad de Arkham, un Joker
ataviado con camisa de fuerza nos desea feliz Navidad a todos (en un tono
cuanto menos sospechoso).
La mezcla entre el oscuro
universo de Batman y la luminosidad de la Nochebuena americana no es, a día de
hoy, nada nuevo. Hemos podido disfrutar de esa extraña a la par que atractiva simbiosis
tanto en el cine ('Batman Returns', Tim Burton - 1992) como en el ámbito de los
videojuegos ('Arkham Origins', Warner Bros. Montreal - 2013), y seamos sinceros, ese escenario encaja como ningún otro en nuestra concepción tragicómica de la
historia de Gotham y sus más célebres habitantes.
Escena navideña extraída de 'Batman Returns' (Tim Burton, 1992) |
No, creo que este tipo no es un duendecillo de Papá Noel... ('Arkham Origins', 2013) |
Luces navideñas en la
oscuridad, gritos de terror, carcajadas de maniaco, disparos y explosiones. Eso
es lo que nos brinda el segundo episodio de la serie animada. Centrándonos en
el tema de los disparos, sería de ley añadir que este show también fue pionero
en ese aspecto, sustituyendo los rayos láser que abundaban en la animación de
la época por auténticos disparos de arma de fuego, al más puro estilo del cine
negro de los años 50.
Los matones del Joker no se andan con chiquitas. |
Volviendo a la historia,
podemos observar que ésta propone dos inteligentes
revisiones de clásicos navideños: de Charles Dickens y su ‘Cuento de Navidad’
hereda la repulsión a la generosidad navideña, situándola en el protagonista
(Batman, muy escéptico a los festejos) y en el Joker (demasiado heterodoxo para los
festejos). Paralelamente, en la figura del Joker podemos entrever una versión deformada del cuento clásico del
Grinch (‘How The Grinch Stole Christmas’, Dr. Seuss - 1957) y su torpe intento
de robar la Navidad, elaborada en su versión mas gloriosa para el mundo animado
por Chuck Jones, en el telefilme de 1966.
Con más explosiones que
reflexiones, este capítulo repleto de acción y retos encadenados nos deja
escenas tan dignas de ser recordadas como el duelo final en la fábrica de
juguetes, amenizado en todo momento con una variación creada ‘ad hoc’ de “El
cascanueces” de Tchaikowsky, magníficamente introducida en la trama.
Hablemos ahora del villano.
Redoble de tambores y acorde
desafinado de trompetas, por favor. Recibamos con un aplauso –preferiblemente desacompasado -
al Príncipe Payaso del crimen, heraldo de los psicópatas de Gotham: EL JOKER.
Galardonado como el mejor
villano de cómic por la revista Wizard en 2008, el Joker es considerado el
malvado mejor elaborado psicológicamente del universo DC.
Inteligentemente, en esta
ocasión se sitúa al más carismático de los payasos en el marco perfecto para su
lucimiento y nuestro disfrute. Si hay algo puro que el Joker disfrutaría
destruyendo, eso es sin duda la Navidad (recordemos que la acción se sitúa en
U.S.A, donde la importancia que el público norteamericano le otorga a las fiestas
navideñas y sus tradiciones es bien conocida por todos).
Nuestro querido Jack (nombre
propio con el que más a menudo se han referido a Mr. J) venía por aquel
entonces de un baño de masas gracias al éxito de la cinta del señor Burton
('Batman', 1989), y era en esos momentos más célebre que nunca, pese a no ser
para nada un recién llegado al universo que nos toca. Creado por Bill Finger y
Bob Kane (con un origen no exento de cierta polémica por parte de Jerry
Robinson, que exigía el mérito de dicha creación para si) y mostrado al mundo
por primera vez en el nº 1 de ‘Batman’
(1940), se nos descubrió ya desde el
principio como un enorme maníaco homicida. Basado, según la versión oficial, en el personaje que
interpretó Conrad Veidt en la adaptación a la gran pantalla de la novela
homónima de Víctor Hugo, “El hombre que ríe” ('The Man Who Laughs', Paul Leni, 1928) e interpretado a lo largo de la
historia, y de forma magistral en todos los casos, por César Romero ('Batman the
series', 1966-1968), Jack Nicholson ('Batman', Tim Burton - 1989) y por el malogrado Heath Ledger ('The Dark Knight',
2008), pasó de ser un villano secundario a punto de ser abatido de un disparo
en los primeros borradores del guión, a encumbrarse como la mayor némesis al que
deberá enfrentarse el Hombre Murciélago a lo largo de su existencia (con
permiso de nuestro colega latino Bane).
Conrad Veidt en "El hombre que ríe". ¿Os recuerda a alguien? |
Ejemplos de la evolución del personaje a lo largo de su historia. |
Si tomamos por buena la trama secundaria de
“La broma asesina” ('The Killing Joke', - Alan Moore, Brian Bolland y John
Higgins, 1988), el origen del Joker está íntimamente ligado desde el principio
a Batman, siendo éste el “causante” de su nacimiento no pudiendo evitar que se
precipitara al interior de un tanque repleto de residuos tóxicos. Yo que soy
tan aficionado a buscar homenajes por todas partes, no me voy a quedar con las
ganas tampoco en esta ocasión, y siento la obligación moral de mencionar el
nacimiento del Joker en la cinta ‘Batman’ de 1989, donde Jack Nicholson y
Michael Keaton protagonizan una escena prácticamente clónica a la del cómic
antes mencionado, o los minutos finales de este episodio 2 de la serie animada,
donde el encapuchado por fin es capaz de evitar la caída del payaso en el
dichoso tanque (¿una manera de exorcizar los fallos anteriores, quizá?).
Momento previo a la caída de Jack Napier en el tanque de resíduos tóxicos ('Batman', 1989) |
Fragmento de "The Killing Joke" (1988), ilustrando el origen mas fiable del Joker. |
De todos modos, y siempre en
concordancia con el carácter anárquico del personaje, no existe una versión
única del nacimiento del Joker y así debe ser sin duda. Como él mismo afirmaba
orgulloso en “The Killing Joke”: “A veces me acuerdo de una manera, a veces de
otra…si voy a tener un pasado, ¡prefiero que sea de opción múltiple!”
Muchos detalles se nos han
quedado en el tintero, por falta de espacio y tiempo, pero no sufráis... Seguro
que Mr. J se las apañará para volverse a colar en futuras reseñas de la serie.
En breve continuaremos con el
episodio 3: “NADA QUE TEMER”
Fecha de la primera emisión
en U.S.A: 13/11/1992
Título Original: “Christmas
with the Joker”
Guión: Eddie Gorodetsky
Dirección: Kent Butterworth
Estupendo análisis Dídac, no sabría decirte qué parte me ha gustado más, así que diré una de entre tantas cosas interesantes que has contado en esta entrada. Me ha gustado esa referencia al origen del Joker del final del episodio con el tanque de residuos (aunque con final distinto). Es algo en lo que no me percaté, y fíjate tú por donde, me ha gustado que me lo hayas hecho ver.
ResponderEliminarFelicidades, un trabajo digno de elogio.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo, la verdad es que intentamos dar lo mejor con cada entrada, nos mueve la pasión. Un abrazo!
ResponderEliminar