Darkness/Batman one-shot.

Ponerse a uno mismo como propósito en este 75 aniversario de la primera aparición de Batman reseñar en este bendito blog todo lo que uno vaya leyendo sobre el personaje, tiene inconvenientes como este.

Que es un inconveniente doble, pues al disgusto de leer el cómic se une la autoimpuesta obligación de trasladaros a vosotros, los lectores de este blog, dicho disgusto.

Así que, para minimizar daños, enfoquémoslo en clave de humor, porque por otro lado dudo que esta obra pueda ser tomada minimamente en serio.
Este crossover entre la editorial Top Cow de Marc Silvestri y DC Comics vio la luz allá en 1999, en los estertores de la que muchos aficionados damos en llamar "la edad oscura de los cómics de superhéroes", en la que (casi) todo eran rayitas, dientes, músculos y poses.

Mucha melena, mucha sub machine gun, mucho biceps femoral, pero ni noticia de eso que se da en llamar story-telling y que dominó y difundió como nadie el maestro Will Eisner.
En castellano, saber encadenar una viñeta con la otra dando sensación de continuidad, y no limitarse a dibujar un miniposter tras otro en una sucesión que bien podría ser alterada sin que la obra perdiese (o ganase) sentido alguno.

Y no miro a nadie, Jim Lee.

Y todo esto, por supuesto, a doble splash page. ¡Hay que rellenar!

Bien. Expulsada ya parte de la bilis que se me sube con casi todo lo referente a la Image de los 90, (y no me meto con Liefeld porque si no, acabamos mañana. Y encima, acabamos mal. Os lo aseguro) vamos a analizar la obra en cuestión.

El argumento es muy simple:
El personaje/entidad/amalgama de otros personajes como el propio Batman, The Crow o Spawn llamado The Darkness, y que habita en el cuerpo del mafioso neoyorkino Jackie Estacado, se traslada a Gotham a fin de ampliar horizontes en sus negocios, pero se topa en su camino con la férrea oposición de nuestro Caballero Oscuro, quien, después de la consabida confrontación entre personajes, lo echará de su ciudad con cajas destempladas.

[Fin de la cita.]

No hay más. Creedme.
¡Eso es to... eso es to... eso es todo amigos!

Una historia de amor chusca por en medio para justificar los buenos sentimientos de Mr. Estacado, la aparición hipermegaforzadísima de Dos Caras y el Joker en una miserable página cada uno, y muchas, muchísimas páginas de poses molonas y mucha oscuridad, que mola mucho.

Y ojo al dato, que para semejante proeza visual y literaria se contó con la friolera de de (agarraos) ONCE AUTORES.

A saber:

Guión: Scott Lobdell y Jeph Loeb (Si. El mismo de "Hush" o "The long Halloween". O un primo suyo,porque esto no hay quien lo entienda.)
Lápiz: Marc Silvestri, Dave Finch y Clarance Lansang.
Tinta: Joe Weems V, Danny Miki, Victor Llamas, Batt y Livesay.
Color : Liquid! (Que esto es el nombre de un estudio, así que no descartemos la intervención de otros 46 artistas más).

Razonándolo, sólo llego a entender la presencia de los cinco (mandan coj....) entintadores, debido a que semejante cantidad de oscuridad requirió ríos y ríos de tinta, lo que desbordaría a un solo artista.

Molonidad nivel: Image.

La palabra que define a este one-shot es despropósito, y si bien gráficamente raya a una altura aceptable, a nivel de guión no lleg.... Venga va. ¡Que no hay guión, leche!

Y para completar el círculo de la carcajada/indignación, en 2005 se produjo otro crossover entre Darkness y otro personaje de DC, Superman esta vez, en la que el personaje de la factoría Silvestri llegaba a Metropolis con las mismas intenciones con las que llegó a Gotham, y se iba de la misma manera.

Vamos que la desgracia de este Estacado no es la de poseer la oscuridad en su interior, sino la de tener peor suerte que Bill Bixby en la serie televisiva de El increíble Hulk.

El cómic se publicó en España de la mano de Planeta DeAgostini  junto a otros dos crossovers entre las mismas editoriales (el mencionado con Superman y otro igual de lamentable entre Witchblade y la JLA) en un tomo unitario que desde ya, y mano a mano con Batman: Odissey encabeza la antología del disparate de mi colección.

Ignoro si se llegaron a editar en su día por separado. Y vosotros haréis bien en ignorar este tomo también, no como yo, que me lo encontré saldado y me lo compré.