Gracias a sus contactos con la CIA consigue saber que el Joker ha ido al Líbano a vender su cabeza nuclear. Pero ya no está allí.
Robin por otra parte también se encuentra en el Líbano, tras su primera candidata, pero ésta se encuentra en misión secreta en Beirut. Es precisamente allí donde Batman y Robin se encuentran vestidos de paisano y Todd aprovecha para contarle qué le ha llevado a fugarse. Allí ven que sus objetivos están juntos, de modo que actuarán juntos de ahora en adelante.
Tras seguirlos, irán a parar donde está el Joker, quién quiere vender su misil crucero a terroristas árabes que quieren atentar contra Israel (este incidente tiene una clara alusión al conflicto de Irán / Contra, a mediados de los años 80, donde el gobierno americano vendía armas a Irán durante el conflicto Irán-Irak). El dúo interviene y los árabes deciden detonar el misil, aunque falla en la detonación.
Todd le pregunta a Sharmin Rosen si visitó Gotham City en el pasado, y al negarlo, decide proseguir su búsqueda.
El Joker consigue marchar, frustado por no conseguir el dinero de la venta. Su próxima parada será en Etiopía.
Batman y Robin están ahora en Beirut tras la búsqueda de Shiva Woosan, la segunda de las candidatas de Todd. Al llegar al hotel donde se hospeda, el recepcionista les informa que la han secuestrado. Tras sacudir algunos delincuentes de la zona, consiguen dar con su paradero. Al llegar, Lady Shiva se ha liberado de sus captores y se enfrascan en una dura lucha. Robin se suma poco después y tiene el dilema de a quién ayudar, a Batman o a su posible madre. Una vez la batalla termina, Shiva, mediante el suero de la verdad, confiesa no ser su madre. Todd en parte se alegra y tiene más ánimos para seguir.
Este número sirve de transición para lo que se desencadenará en el siguiente. Es un número de relleno que apenas aporta información nueva a la saga, salvo el descarte de las dos primeras candidatas sobre la maternidad de Jason Todd. También se presentan las dos candidatas y la nueva jugada del Joker. De nuevo la actualidad política vuelve a aparecer. En pleno conflicto Irán/Iraq, el Joker utiliza la palabra “Reaganconomía” (clara alusión de la política económica del Ronald Reagan, presidente del país en aquel período). En el apartado gráfico se notan diferencias. Las viñetas son más grandes y el dibujo, siguiendo el mismo estilo, se muestra algo más tosco, sobretodo en la parte final, en lo que concierne a la Shiva. El punto más extraño del cómic ha sido ver al Joker vestido de safari, con el atuendo clásico de las películas de aventuras. Si bien este personaje se caracteriza por infundir miedo al lector, casi puedo asegurar que aquí no solo no lo consigue, sino que despierta otros sentimientos. Que cada uno decida cuál. Sin duda el punto chocante del cómic.
La conclusión hasta ahora es similar a lo que comenté en el número anterior. Batman está completamente fuera de su entorno. Está en el desierto, a pleno sol abrasador y sin rascacielos. Incluso cuesta mucho de creer como siguen a Sharmin Rosen desde el aire y no consiguen ser vistos. Tampoco acabo de entender el porqué la editorial decide meter un conflicto real y actual en una historia de Batman. Si bien la crítica social/política siempre es bienvenida, aquí veo que no encaja demasiado con estos personajes.
Algo que debo confesar es que leí esta saga hace pocos años, es decir, ni la leí cuando la publicó Zinco ni poco después a esa época. Todos sabemos que la nostalgia juega un papel primordial a la hora de juzgar nuestras lecturas pasadas. Es lógico y comprensible. Si la hubiese leído en su momento y siendo consciente de sus carencias, estoy seguro que sería más permisivo.
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